Durante la estadía los huéspedes podrán deleitarse con los desayunos campestres y comidas simples que tienen de menú en el Solaz. Todas sus preparaciones están hechas con productos locales, como huevos de campo, frutas y verduras locales, sal de Cahuil, Aceite de Oliva de Lolol, miel de la zona, pan amasado hecho en casa en horno de barro, mermeladas caseras y queso fresco y muchos otros productos que enriquecen los platos.
En verano, los salones se abren, y tanto los patios como la terraza se convierten simplemente en lugares para disfrutar de la noche y de la auténtica esencia de Solaz Bella Vista. La casa se transforma en una experiencia, en un lugar de encuentro perfecto donde la brisa del atardecer es el complemento ideal para momentos de tranquilidad, vino y conversaciones sin fin.
En primavera el jardín está impregnado de fragancias del valle: jazmín, romero, menta y pino. El interior huele a hogar, a serenidad, a leña crepitando en la chimenea en las aún tibias noches primaverales; a papel y a libros, a flores. Aromas naturales y delicados que nos envuelven y nos hacen sentir en casa. La casa o el hogar que cobija, que acoge y que serena. Una vez allá, sólo queda entregarse a la quietud y a la paz.
El trabajo en madera fue realizado por las manos del padre de Oriana, Don Mario Gaete. Siempre pensó que con el cariño y el cuidado que les dedicaba, cada pieza de madera quedaría como un signo indeleble de amor. Espacios de descanso, escaleras, la cava de vinos, sillones, mesas y sillas todo construido con manos artesanas y que, con el paso del tiempo, se mantienen como firme baluarte de cobijo para todo aquel que visita este lugar.
Durante la estadía los huéspedes podrán deleitarse con los desayunos campestres y comidas simples que tienen de menú en el Solaz. Todas sus preparaciones están hechas con productos locales, como huevos de campo, frutas y verduras locales, sal de Cahuil, Aceite de Oliva de Lolol, miel de la zona, pan amasado hecho en casa en horno de barro, mermeladas caseras y queso fresco y muchos otros productos que enriquecen los platos.
En verano, los salones se abren, y tanto los patios como la terraza se convierten simplemente en lugares para disfrutar de la noche y de la auténtica esencia de Solaz Bella Vista. La casa se transforma en una experiencia, en un lugar de encuentro perfecto donde la brisa del atardecer es el complemento ideal para momentos de tranquilidad, vino y conversaciones sin fin.
En primavera el jardín está impregnado de fragancias del valle: jazmín, romero, menta y pino. El interior huele a hogar, a serenidad, a leña crepitando en la chimenea en las aún tibias noches primaverales; a papel y a libros, a flores. Aromas naturales y delicados que nos envuelven y nos hacen sentir en casa. La casa o el hogar que cobija, que acoge y que serena. Una vez allá, sólo queda entregarse a la quietud y a la paz.
El trabajo en madera fue realizado por las manos del padre de Oriana, Don Mario Gaete. Siempre pensó que con el cariño y el cuidado que les dedicaba, cada pieza de madera quedaría como un signo indeleble de amor. Espacios de descanso, escaleras, la cava de vinos, sillones, mesas y sillas todo construido con manos artesanas y que, con el paso del tiempo, se mantienen como firme baluarte de cobijo para todo aquel que visita este lugar.
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El trabajo en madera fue realizado por las manos del padre de Oriana, Don Mario Gaete. Siempre pensó que con el cariño y el cuidado que les dedicaba, cada pieza de madera quedaría como un signo indeleble de amor. Espacios de descanso, escaleras, la cava de vinos, sillones, mesas y sillas todo construido con manos artesanas y que, con el paso del tiempo, se mantienen como firme baluarte de cobijo para todo aquel que visita este lugar.