Siempre estoy innovando, pero respetando la tradición. Ahora lo hago con las sales. Tengo un charqui elaborado con sal al vino tinto y con sal al merquén. Es importante para mí ir haciendo nuevos productos, incorporar nuevos sabores a las carnes, así como también mantener mi línea de charqui tradicional, con la receta de mi familia, desde donde comienza todo. Ese es mi mayor orgullo. Hay paladares para todas las apuestas.
Las carnes que utilizo las compro en una carnicería familiar, ellos me abastecen de la mejor. Es muy importante trabajar con insumos de excelente calidad, sobre todo si se trata de carne. Debe estar siempre fresca, y provenir de animales sanos. En la elaboración del charqui lo primero que hago es cortarla finamente con un cuchillo. Luego le pongo sal de mar y, finalmente, la deshidrato, no al sol, como es tradicionalmente, sino de otra manera.
La carne debe permanecer al menos 5 horas en la deshidratadora eléctrica para que se cumpla el principio de siempre: que la carne quede totalmente seca, sin el menor líquido que pueda descomponer y dañar el producto. Una vez lista esta parte, la carne debe machacarse, esto puede hacerse con un utensilio especial de gastronomía o con una piedra, como se hacía en antaño. Finalmente, se pesa y envasa en bolsas de 100 gramos.
También elaboro empanaditas para cóctel. Tengo la tradicional empanada chilena de pino y la de queso, además de varias combinaciones de empanadas de queso con algo más, como camarón, aceituna, ostión, champiñón, entre otras opciones. Las entrego congeladas, ya sean crudas para freír o prehorneadas para calentar y terminar en el horno. Vienen en formatos de 10, 12, 24 y 40 unidades; listas para disfrutar de una rica y sabrosa empanadita.
Siempre estoy innovando, pero respetando la tradición. Ahora lo hago con las sales. Tengo un charqui elaborado con sal al vino tinto y con sal al merquén. Es importante para mí ir haciendo nuevos productos, incorporar nuevos sabores a las carnes, así como también mantener mi línea de charqui tradicional, con la receta de mi familia, desde donde comienza todo. Ese es mi mayor orgullo. Hay paladares para todas las apuestas.
Las carnes que utilizo las compro en una carnicería familiar, ellos me abastecen de la mejor. Es muy importante trabajar con insumos de excelente calidad, sobre todo si se trata de carne. Debe estar siempre fresca, y provenir de animales sanos. En la elaboración del charqui lo primero que hago es cortarla finamente con un cuchillo. Luego le pongo sal de mar y, finalmente, la deshidrato, no al sol, como es tradicionalmente, sino de otra manera.
La carne debe permanecer al menos 5 horas en la deshidratadora eléctrica para que se cumpla el principio de siempre: que la carne quede totalmente seca, sin el menor líquido que pueda descomponer y dañar el producto. Una vez lista esta parte, la carne debe machacarse, esto puede hacerse con un utensilio especial de gastronomía o con una piedra, como se hacía en antaño. Finalmente, se pesa y envasa en bolsas de 100 gramos.
También elaboro empanaditas para cóctel. Tengo la tradicional empanada chilena de pino y la de queso, además de varias combinaciones de empanadas de queso con algo más, como camarón, aceituna, ostión, champiñón, entre otras opciones. Las entrego congeladas, ya sean crudas para freír o prehorneadas para calentar y terminar en el horno. Vienen en formatos de 10, 12, 24 y 40 unidades; listas para disfrutar de una rica y sabrosa empanadita.
Siempre estoy innovando, pero respetando la tradición. Ahora lo hago con las sales. Tengo un charqui elaborado con sal al vino tinto y con sal al merquén. Es importante para mí ir haciendo nuevos productos, incorporar nuevos sabores a las carnes, así como también mantener mi línea de charqui tradicional, con la receta de mi familia, desde donde comienza todo. Ese es mi mayor orgullo. Hay paladares para todas las apuestas.
Las carnes que utilizo las compro en una carnicería familiar, ellos me abastecen de la mejor. Es muy importante trabajar con insumos de excelente calidad, sobre todo si se trata de carne. Debe estar siempre fresca, y provenir de animales sanos. En la elaboración del charqui lo primero que hago es cortarla finamente con un cuchillo. Luego le pongo sal de mar y, finalmente, la deshidrato, no al sol, como es tradicionalmente, sino de otra manera.
La carne debe permanecer al menos 5 horas en la deshidratadora eléctrica para que se cumpla el principio de siempre: que la carne quede totalmente seca, sin el menor líquido que pueda descomponer y dañar el producto. Una vez lista esta parte, la carne debe machacarse, esto puede hacerse con un utensilio especial de gastronomía o con una piedra, como se hacía en antaño. Finalmente, se pesa y envasa en bolsas de 100 gramos.
También elaboro empanaditas para cóctel. Tengo la tradicional empanada chilena de pino y la de queso, además de varias combinaciones de empanadas de queso con algo más, como camarón, aceituna, ostión, champiñón, entre otras opciones. Las entrego congeladas, ya sean crudas para freír o prehorneadas para calentar y terminar en el horno. Vienen en formatos de 10, 12, 24 y 40 unidades; listas para disfrutar de una rica y sabrosa empanadita.