Los antiguos rüxafes hacían sus joyas de acuerdo con el territorio y el entorno en que vivían, por eso hay piezas fito, zoo y antropomorfas. El keltatuwe es el pectoral más conocido, que se confunde con la trapelakucha, tiene un significado profundo, hermoso. En él está presente la dualidad que nos vuelca hacia la infinidad del universo; el tuwün, origen de la vida espiritual y terrenal; allí están nuestros ancestros y los canales de la vida.
El picoyo es el nudo que une la rama con el tronco del Pehuén o Araucaria. Cuando este árbol sagrado muere, toda la resina del árbol se dirige a estos nudos. Una vez que se logra desintegrar completamente, el picoyo es liberado. El Pehuén vuelve a la vida. El picoyo, con su transparencia, tiene toda la energía de la tierra por miles de años; la nieve de la fría cordillera, el viento, la lluvia, el sol en su plenitud, las noches estrelladas, es maravilloso.
Hay dos tipos de picoyos, de acuerdo a su color. Está el de color café y esto ocurre cuando el árbol se desintegra en la tierra y para eso deben pasar cientos de años. Los pehuenchues los desentierran en los bosques de araucarias bajo las quilas. Cuando la Araucaria se desintegra en el agua (tarda más tiempo que el de tierra) el picoyo es negro ya que envejece en un medio diferente, su oxidación es distinta lo que le otorga un color y aroma especial.
El trabajo es lento, ya que la joyería mapuche contiene muchas piezas móviles; placas, pines, entre otros. Piezas cinceladas, con volúmenes, eslabones, en otros casos. Todos ellos deben cortarse, lijarse y pulirse muchas veces. El trabajo en picoyo también es lento, ya que es una madera milenaria, muy resinosa y quebradiza por lo que hay que trabajar con mucho cuidado, pero una vez terminado y pulido queda con un brillo increíble, es precioso.
Los antiguos rüxafes hacían sus joyas de acuerdo con el territorio y el entorno en que vivían, por eso hay piezas fito, zoo y antropomorfas. El keltatuwe es el pectoral más conocido, que se confunde con la trapelakucha, tiene un significado profundo, hermoso. En él está presente la dualidad que nos vuelca hacia la infinidad del universo; el tuwün, origen de la vida espiritual y terrenal; allí están nuestros ancestros y los canales de la vida.
El picoyo es el nudo que une la rama con el tronco del Pehuén o Araucaria. Cuando este árbol sagrado muere, toda la resina del árbol se dirige a estos nudos. Una vez que se logra desintegrar completamente, el picoyo es liberado. El Pehuén vuelve a la vida. El picoyo, con su transparencia, tiene toda la energía de la tierra por miles de años; la nieve de la fría cordillera, el viento, la lluvia, el sol en su plenitud, las noches estrelladas, es maravilloso.
Hay dos tipos de picoyos, de acuerdo a su color. Está el de color café y esto ocurre cuando el árbol se desintegra en la tierra y para eso deben pasar cientos de años. Los pehuenchues los desentierran en los bosques de araucarias bajo las quilas. Cuando la Araucaria se desintegra en el agua (tarda más tiempo que el de tierra) el picoyo es negro ya que envejece en un medio diferente, su oxidación es distinta lo que le otorga un color y aroma especial.
El trabajo es lento, ya que la joyería mapuche contiene muchas piezas móviles; placas, pines, entre otros. Piezas cinceladas, con volúmenes, eslabones, en otros casos. Todos ellos deben cortarse, lijarse y pulirse muchas veces. El trabajo en picoyo también es lento, ya que es una madera milenaria, muy resinosa y quebradiza por lo que hay que trabajar con mucho cuidado, pero una vez terminado y pulido queda con un brillo increíble, es precioso.
Los antiguos rüxafes hacían sus joyas de acuerdo con el territorio y el entorno en que vivían, por eso hay piezas fito, zoo y antropomorfas. El keltatuwe es el pectoral más conocido, que se confunde con la trapelakucha, tiene un significado profundo, hermoso. En él está presente la dualidad que nos vuelca hacia la infinidad del universo; el tuwün, origen de la vida espiritual y terrenal; allí están nuestros ancestros y los canales de la vida.
El picoyo es el nudo que une la rama con el tronco del Pehuén o Araucaria. Cuando este árbol sagrado muere, toda la resina del árbol se dirige a estos nudos. Una vez que se logra desintegrar completamente, el picoyo es liberado. El Pehuén vuelve a la vida. El picoyo, con su transparencia, tiene toda la energía de la tierra por miles de años; la nieve de la fría cordillera, el viento, la lluvia, el sol en su plenitud, las noches estrelladas, es maravilloso.
Hay dos tipos de picoyos, de acuerdo a su color. Está el de color café y esto ocurre cuando el árbol se desintegra en la tierra y para eso deben pasar cientos de años. Los pehuenchues los desentierran en los bosques de araucarias bajo las quilas. Cuando la Araucaria se desintegra en el agua (tarda más tiempo que el de tierra) el picoyo es negro ya que envejece en un medio diferente, su oxidación es distinta lo que le otorga un color y aroma especial.
El trabajo es lento, ya que la joyería mapuche contiene muchas piezas móviles; placas, pines, entre otros. Piezas cinceladas, con volúmenes, eslabones, en otros casos. Todos ellos deben cortarse, lijarse y pulirse muchas veces. El trabajo en picoyo también es lento, ya que es una madera milenaria, muy resinosa y quebradiza por lo que hay que trabajar con mucho cuidado, pero una vez terminado y pulido queda con un brillo increíble, es precioso.