La talabartería es un arte de precisión. Llevo un trozo de tejido, veo el modelo, hago los patrones y calco en el cuero. Se corta con cuchillo o tijera talabartera, se lija, tiñe y se hacen las terminaciones. Hay que afinar el ojo, ser exacto, todo el cálculo se hace de esta forma. Se trabaja la costura con una lezna, el hilo con la aguja talabartera. El tiento se cose con la yema de los dedos y se le saca brillo a la orilla, para que quede bien terminado el producto.
El chamanto se realiza con hilos, los que adquiero en Santiago. Es un hilo francés, que es entre algodón y seda. Este material le da un especto brillante y elegante a los tejidos. Mis proveedores de cuero también son de Santiago, los entregan listos, curtidos, yo solo corto y uno las piezas que me encuentro trabajando. El cuero que ocupo es generalmente de vacuno, aunque también he trabajado cuero bayo y suelta, pero prefiero el bovino.
Para comenzar a tejer un chamanto, siempre debemos tener claro su diseño, hay que guiarse por una base de diseño tradicional, que es parte del saber hacer de las chamanteras de cuna. Tenemos que imaginar el dibujo, verlo, enlazarlo con el gusto del cliente, y combinar bien las tonalidades. Al cliente se le muestran otros trabajos para que ellos decidan su propio diseño y los colores que la prenda tendrá, resultando en un textil único.
Una vez que está listo el modelo y ya estamos de acuerdo con el cliente, comienzo a preparar los hilos y armar la urdimbre en el telar, esto es, distribuir los hilos en el bastidor según el diseño. Se debe separar hebra por hebra, luego hay que entonar delicadamente los hilos para que aparezca el diseño del chamanto. Terminada esta etapa, se comienza a tejer con la paleta de espino, formando el textil. Esto puede demorar entre 3 y 5 meses.
La talabartería es un arte de precisión. Llevo un trozo de tejido, veo el modelo, hago los patrones y calco en el cuero. Se corta con cuchillo o tijera talabartera, se lija, tiñe y se hacen las terminaciones. Hay que afinar el ojo, ser exacto, todo el cálculo se hace de esta forma. Se trabaja la costura con una lezna, el hilo con la aguja talabartera. El tiento se cose con la yema de los dedos y se le saca brillo a la orilla, para que quede bien terminado el producto.
El chamanto se realiza con hilos, los que adquiero en Santiago. Es un hilo francés, que es entre algodón y seda. Este material le da un especto brillante y elegante a los tejidos. Mis proveedores de cuero también son de Santiago, los entregan listos, curtidos, yo solo corto y uno las piezas que me encuentro trabajando. El cuero que ocupo es generalmente de vacuno, aunque también he trabajado cuero bayo y suelta, pero prefiero el bovino.
Para comenzar a tejer un chamanto, siempre debemos tener claro su diseño, hay que guiarse por una base de diseño tradicional, que es parte del saber hacer de las chamanteras de cuna. Tenemos que imaginar el dibujo, verlo, enlazarlo con el gusto del cliente, y combinar bien las tonalidades. Al cliente se le muestran otros trabajos para que ellos decidan su propio diseño y los colores que la prenda tendrá, resultando en un textil único.
Una vez que está listo el modelo y ya estamos de acuerdo con el cliente, comienzo a preparar los hilos y armar la urdimbre en el telar, esto es, distribuir los hilos en el bastidor según el diseño. Se debe separar hebra por hebra, luego hay que entonar delicadamente los hilos para que aparezca el diseño del chamanto. Terminada esta etapa, se comienza a tejer con la paleta de espino, formando el textil. Esto puede demorar entre 3 y 5 meses.
La talabartería es un arte de precisión. Llevo un trozo de tejido, veo el modelo, hago los patrones y calco en el cuero. Se corta con cuchillo o tijera talabartera, se lija, tiñe y se hacen las terminaciones. Hay que afinar el ojo, ser exacto, todo el cálculo se hace de esta forma. Se trabaja la costura con una lezna, el hilo con la aguja talabartera. El tiento se cose con la yema de los dedos y se le saca brillo a la orilla, para que quede bien terminado el producto.
El chamanto se realiza con hilos, los que adquiero en Santiago. Es un hilo francés, que es entre algodón y seda. Este material le da un especto brillante y elegante a los tejidos. Mis proveedores de cuero también son de Santiago, los entregan listos, curtidos, yo solo corto y uno las piezas que me encuentro trabajando. El cuero que ocupo es generalmente de vacuno, aunque también he trabajado cuero bayo y suelta, pero prefiero el bovino.
Para comenzar a tejer un chamanto, siempre debemos tener claro su diseño, hay que guiarse por una base de diseño tradicional, que es parte del saber hacer de las chamanteras de cuna. Tenemos que imaginar el dibujo, verlo, enlazarlo con el gusto del cliente, y combinar bien las tonalidades. Al cliente se le muestran otros trabajos para que ellos decidan su propio diseño y los colores que la prenda tendrá, resultando en un textil único.
Una vez que está listo el modelo y ya estamos de acuerdo con el cliente, comienzo a preparar los hilos y armar la urdimbre en el telar, esto es, distribuir los hilos en el bastidor según el diseño. Se debe separar hebra por hebra, luego hay que entonar delicadamente los hilos para que aparezca el diseño del chamanto. Terminada esta etapa, se comienza a tejer con la paleta de espino, formando el textil. Esto puede demorar entre 3 y 5 meses.