El aguardiente, que es la base de los licores, lo compro en Doñihue, a productores locales que lo elaboran con la uva de nuestra tierra, uva doñihuana. El aguardiente es un producto afamado en sí mismo. Lo compro en chuicas de vidrio. Las hierbas y frutas que ocupo las dejo secando a la sombra para que las cáscaras y hojas tengan todas las propiedades de la planta. Esta es la mejor manera de secado, natural; que el tiempo haga lo que debe hacer.
Cuando las hierbas y las cáscaras de frutas ya están listas, se agregan al aguardiente junto al almíbar, propio del sabor de estos licores. Debe dejarse macerando por seis meses, tiempo en que los sabores y aromas se traspasan al líquido. Pasado este tiempo, se trasvasija, se embotella en vidrio y les coloco la etiqueta. Listas para ser comercializadas, pueden encontrar las botellas en mi casa y también en las ferias que constantemente asisto.
Todos mis licores provienen de productos naturales y sanos. El licor de maqui significa mucho para mí. El maqui es un fruto con muchas propiedades, considerado superalimento por la ciencia nutritiva. También es un excelente antioxidante. Aunque lo más importante es que es uno de los frutos más utilizados por el pueblo mapuche, esto desde tiempos prehispánicos. Con maqui elaboraban chicha, la que consumían a diario y, sobre todo, en ocasiones festivas.
El afamado aguardiente, base de los licores de doña Rosa, consolidó su producción en Doñihue a mediados del siglo XIX. La prensa lo publicitó desde 1860, destacando su forma de elaboración, que remonta este saber hacer del destilado hasta época colonial. Junto con eso, se destaca la utilización de uvas criollas para su elaboración, las mismas que hasta el presente penden de los elevados parrones típicos de Doñihue y su paisaje vitivinícola.
El aguardiente, que es la base de los licores, lo compro en Doñihue, a productores locales que lo elaboran con la uva de nuestra tierra, uva doñihuana. El aguardiente es un producto afamado en sí mismo. Lo compro en chuicas de vidrio. Las hierbas y frutas que ocupo las dejo secando a la sombra para que las cáscaras y hojas tengan todas las propiedades de la planta. Esta es la mejor manera de secado, natural; que el tiempo haga lo que debe hacer.
Cuando las hierbas y las cáscaras de frutas ya están listas, se agregan al aguardiente junto al almíbar, propio del sabor de estos licores. Debe dejarse macerando por seis meses, tiempo en que los sabores y aromas se traspasan al líquido. Pasado este tiempo, se trasvasija, se embotella en vidrio y les coloco la etiqueta. Listas para ser comercializadas, pueden encontrar las botellas en mi casa y también en las ferias que constantemente asisto.
Todos mis licores provienen de productos naturales y sanos. El licor de maqui significa mucho para mí. El maqui es un fruto con muchas propiedades, considerado superalimento por la ciencia nutritiva. También es un excelente antioxidante. Aunque lo más importante es que es uno de los frutos más utilizados por el pueblo mapuche, esto desde tiempos prehispánicos. Con maqui elaboraban chicha, la que consumían a diario y, sobre todo, en ocasiones festivas.
El afamado aguardiente, base de los licores de doña Rosa, consolidó su producción en Doñihue a mediados del siglo XIX. La prensa lo publicitó desde 1860, destacando su forma de elaboración, que remonta este saber hacer del destilado hasta época colonial. Junto con eso, se destaca la utilización de uvas criollas para su elaboración, las mismas que hasta el presente penden de los elevados parrones típicos de Doñihue y su paisaje vitivinícola.
El aguardiente, que es la base de los licores, lo compro en Doñihue, a productores locales que lo elaboran con la uva de nuestra tierra, uva doñihuana. El aguardiente es un producto afamado en sí mismo. Lo compro en chuicas de vidrio. Las hierbas y frutas que ocupo las dejo secando a la sombra para que las cáscaras y hojas tengan todas las propiedades de la planta. Esta es la mejor manera de secado, natural; que el tiempo haga lo que debe hacer.
Cuando las hierbas y las cáscaras de frutas ya están listas, se agregan al aguardiente junto al almíbar, propio del sabor de estos licores. Debe dejarse macerando por seis meses, tiempo en que los sabores y aromas se traspasan al líquido. Pasado este tiempo, se trasvasija, se embotella en vidrio y les coloco la etiqueta. Listas para ser comercializadas, pueden encontrar las botellas en mi casa y también en las ferias que constantemente asisto.
Todos mis licores provienen de productos naturales y sanos. El licor de maqui significa mucho para mí. El maqui es un fruto con muchas propiedades, considerado superalimento por la ciencia nutritiva. También es un excelente antioxidante. Aunque lo más importante es que es uno de los frutos más utilizados por el pueblo mapuche, esto desde tiempos prehispánicos. Con maqui elaboraban chicha, la que consumían a diario y, sobre todo, en ocasiones festivas.
El afamado aguardiente, base de los licores de doña Rosa, consolidó su producción en Doñihue a mediados del siglo XIX. La prensa lo publicitó desde 1860, destacando su forma de elaboración, que remonta este saber hacer del destilado hasta época colonial. Junto con eso, se destaca la utilización de uvas criollas para su elaboración, las mismas que hasta el presente penden de los elevados parrones típicos de Doñihue y su paisaje vitivinícola.