Para hacer un bordado, primero debe definirse la pieza que se quiere construir, ya sea un mantel, un camino de mesa, una bolsa para el pan, una servilleta, etc. Dependiendo de eso será el tamaño de la tela a utilizar y el espacio que tendré para bordar. Siempre trabajo con Osnaburgo, género cien por ciento de algodón, ideal para mis productos. Además, conserva la apariencia de antaño, es parecido al saco harinero, pero de mejor calidad.
Después, con un lápiz, comienzo a dibujar sobre la tela, dependiendo del diseño que quiera bordar. Algunos bosquejos se borran fácilmente, pero eso no importa mucho, son solo de guía. Los dibujos los hago de memoria, no copio nada de revistas, ni de ninguna parte. Más bien, como he señalado reiteradamente, plasmo lo que he visto durante toda mi vida, cosas cotidianas, fáciles de reproducir, escenas propias del campo, como flores y animales.
Para bordar, selecciono las madejas de hilos que necesitaré para hacer el bordado. Como reproduzco imágenes de la cultura cristiana, huasa y campesina de Lihueimo, la gama de colores debe ser representativa. El café, en sus distintas tonalidades, sirve para representar la trilla y los animales. Rojos, rosados y naranjos, colorean las flores de nuestro campo. Y así la mesa se va llenando de colores, es un festival de alegría para nuestras almas.
También hago figuras de arcilla, la famosa cerámica de Lihueimo. Al igual que con mis bordados, la greda también representa aquellas imágenes de las que tanto he hablado, son miniaturas pintadas, ornamentales, que proyectan la misma cultura campesina. Algunas veces, he tenido la dicha de vender en ferias y exposiciones, como la del Parque Bustamante y Museo Vivo. Me siento feliz dando a conocer mi arte, incluso en casa.
Para hacer un bordado, primero debe definirse la pieza que se quiere construir, ya sea un mantel, un camino de mesa, una bolsa para el pan, una servilleta, etc. Dependiendo de eso será el tamaño de la tela a utilizar y el espacio que tendré para bordar. Siempre trabajo con Osnaburgo, género cien por ciento de algodón, ideal para mis productos. Además, conserva la apariencia de antaño, es parecido al saco harinero, pero de mejor calidad.
Después, con un lápiz, comienzo a dibujar sobre la tela, dependiendo del diseño que quiera bordar. Algunos bosquejos se borran fácilmente, pero eso no importa mucho, son solo de guía. Los dibujos los hago de memoria, no copio nada de revistas, ni de ninguna parte. Más bien, como he señalado reiteradamente, plasmo lo que he visto durante toda mi vida, cosas cotidianas, fáciles de reproducir, escenas propias del campo, como flores y animales.
Para bordar, selecciono las madejas de hilos que necesitaré para hacer el bordado. Como reproduzco imágenes de la cultura cristiana, huasa y campesina de Lihueimo, la gama de colores debe ser representativa. El café, en sus distintas tonalidades, sirve para representar la trilla y los animales. Rojos, rosados y naranjos, colorean las flores de nuestro campo. Y así la mesa se va llenando de colores, es un festival de alegría para nuestras almas.
También hago figuras de arcilla, la famosa cerámica de Lihueimo. Al igual que con mis bordados, la greda también representa aquellas imágenes de las que tanto he hablado, son miniaturas pintadas, ornamentales, que proyectan la misma cultura campesina. Algunas veces, he tenido la dicha de vender en ferias y exposiciones, como la del Parque Bustamante y Museo Vivo. Me siento feliz dando a conocer mi arte, incluso en casa.
Para hacer un bordado, primero debe definirse la pieza que se quiere construir, ya sea un mantel, un camino de mesa, una bolsa para el pan, una servilleta, etc. Dependiendo de eso será el tamaño de la tela a utilizar y el espacio que tendré para bordar. Siempre trabajo con Osnaburgo, género cien por ciento de algodón, ideal para mis productos. Además, conserva la apariencia de antaño, es parecido al saco harinero, pero de mejor calidad.
Después, con un lápiz, comienzo a dibujar sobre la tela, dependiendo del diseño que quiera bordar. Algunos bosquejos se borran fácilmente, pero eso no importa mucho, son solo de guía. Los dibujos los hago de memoria, no copio nada de revistas, ni de ninguna parte. Más bien, como he señalado reiteradamente, plasmo lo que he visto durante toda mi vida, cosas cotidianas, fáciles de reproducir, escenas propias del campo, como flores y animales.
Para bordar, selecciono las madejas de hilos que necesitaré para hacer el bordado. Como reproduzco imágenes de la cultura cristiana, huasa y campesina de Lihueimo, la gama de colores debe ser representativa. El café, en sus distintas tonalidades, sirve para representar la trilla y los animales. Rojos, rosados y naranjos, colorean las flores de nuestro campo. Y así la mesa se va llenando de colores, es un festival de alegría para nuestras almas.
También hago figuras de arcilla, la famosa cerámica de Lihueimo. Al igual que con mis bordados, la greda también representa aquellas imágenes de las que tanto he hablado, son miniaturas pintadas, ornamentales, que proyectan la misma cultura campesina. Algunas veces, he tenido la dicha de vender en ferias y exposiciones, como la del Parque Bustamante y Museo Vivo. Me siento feliz dando a conocer mi arte, incluso en casa.